¿Qué es un accidente laboral y una enfermedad profesional?
Un accidente laboral, o accidente de trabajo, se traduce en muchas ocasiones en un derecho para el trabajador que ha sufrido el accidente de recibir una indemnización. Y si, además, el accidente se produce como consecuencia de haberse omitidos medidas de seguridad, puede dar lugar a una posible indemnización por daños y perjuicios que el trabajador deberá reclamar a su empresa. Pero, antes que nada, hay que tener claro qué es un accidente de trabajo.
¿Qué es un accidente laboral?
Se considera accidente laboral a toda lesión corporal que sufre un trabajador como consecuencia del trabajo que realice por cuenta ajena. Así se establece en el artículo 156 de la Ley General de la Seguridad Social.
Además, esta Ley recoge determinadas situaciones que también se consideran accidente laboral. Veamos algunas de las más recurrentes:
- Se consideran accidente laboral las lesiones que sufra el trabajar en los trayectos de ida y vuelta al lugar de trabajo. El tipo de accidente laboral más habitual en este supuesto es el accidente de trafico que sufre el trabajador en el trayecto del trabajo a casa, o viceversa.
- Las lesiones que sufra el trabajador como consecuencia de las tareas que desempeñe en cumplimiento de órdenes de superiores o por iniciativa propia en interés del buen funcionamiento de la empresa, aunque estas tareas sean distintas de sus funciones.
Como decimos, los anteriores son los supuestos más habituales, aunque hay algunos más que pueden ampliarse en la Ley.
Esta Ley, recoge además como accidente laboral otras situaciones que sí nos parece muy importante reseñar aquí. Nos referimos a las enfermedades que contraiga el trabajador con motivo exclusivo de la realización de su trabajo. Así como aquellas enfermedades o defectos que el trabajador padeciera con anterioridad y que se agraven como consecuencia del accidente laboral.
Relación de causalidad en el accidente laboral
De las definiciones anteriores se extraen tres condiciones imprescindibles para que un hecho pueda ser considerado accidente laboral. Debe existir, en primer lugar, una lesión corporal. El accidente debe provocar un daño físico en el trabajador para que estemos ante un supuesto de accidente laboral recogido como tal por la Ley General de la Seguridad Social.
En segundo lugar, el trabajador debe tener la consideración de trabajador por cuenta ajena para que exista el accidente laboral. Y, por último, debe existir un nexo causal evidente entre la realización del trabajo y la lesión. Este último matiz gana un gran protagonismo en el caso de los accidentes que consisten en enfermedades, ya que debe quedar muy claro en estos casos que la causa de la enfermedad es exclusivamente la realización del trabajo.
Accidentes no laborales y enfermedad común
Por si quedara alguna duda de lo anterior, la Ley General de la Seguridad Social incluye una aclaración de lo que considera accidente no laboral y enfermedad común. Y lo hace definiendo estos conceptos de forma negativa. Así, la Ley entiende por accidente no laboral y enfermedad común todas aquellas alteraciones en la salud del trabajador que no tengan la condición accidentes de trabajo ni de enfermedad profesional. Es decir, que no lo serán cuando el trabajador no tenga la condición de trabajador por cuenta ajena, que no tenga una lesión física, o cuando no exista una clara relación de causalidad entre el trabajo y la lesión.
¿Qué es una enfermedad profesional?
La Ley General de la Seguridad Social entiende por accidente laboral las enfermedades que el trabajador contraiga, o las que ya tuviera y se agraven, con motivo inequívoco de la realización del trabajo. Pero además contempla otro concepto antes mencionado, la enfermedad profesional. Y se trata de un concepto distinto que también representa otra parte importante del daño a la salud del trabajador producido por el riesgo laboral.
Estas enfermedades pueden aparentemente no parecer producidas como consecuencia del trabajo, o la relación causal con éste puede pasar inadvertida. Lo cual genera mucha controversia y ocasiona que, muchas veces, sean catalogadas como enfermedad común. De hecho, reconocerlas a veces se convierte en un proceso algo complejo que requiere de la intervención imprescindible de un abogado especialista en reclamaciones de daños y perjuicios.
En cualquier caso, las actividades y los elementos de estas enfermedades profesionales deben estar recogidas en los cuadros correspondientes de las disposiciones de aplicación y desarrollos de la Ley. Cuadros que también recogen los procedimientos para la incorporación en ellos de nuevas enfermedades profesionales.